Análisis del Poema I de “Canto a mí mismo”, Walt Whitman

(Trabajo realizado por Tamara Marrero, alumna 6to  año, Liceo de Aiguá, Junio 2013)

 

Walt Whitman (New York 1819 – New Jersey 1892), fue un poeta, ensayista y periodista estadounidense.

“Hojas de hierba” es la única obra poética del autor, libro que fue ampliando con nuevos poemas durante toda su vida.  Fue un libro muy polémico, tanto por sus liberalizadoras propuestas sociales y morales, como por su métrica y lenguaje.  Este libro está escrito en largos versos libres, y es un canto panteísta y democrático a la existencia humana.  La primera edición de 1855 contaba de solo 12 poemas, mientras que la última de 1892, tenía 383.

A lo largo de su vida, Whitman sometió su obra a una revisión continua, añadiendo poemas y corrigiendo los ya existentes.  Las parte más conocida del libro es “Canto a mí mismo”, la más famosa y extensa, donde el poeta canta a la vida y a la muerte, el cuerpo, y a todo ser humano.  Esta obra está compuesta por una serie de poemas enumerados, sin título alguno. 

Whitman utilizó un lenguaje vulgar para expresar lo que sentía a través de sus escritos.  Gracias a esta técnica la comprensión de “Canto a mi mismo” se facilita notoriamente.  Esta fue la idea de Whitman: tratar de escribir de tal forma para así lograr llegarle a la mayor cantidad de personas, tanto al más sabio como al ignorante.

Este gran poeta amó a la gente sencilla, y por esto tituló a la obra de toda su vida con el sugestivo, ya mencionado “Hojas de hierba”, como representación de la gente humilde, las hojas de hierba son lo más simple y lo más santo entre las cosas vivientes.  La “hierba” para Whitman serían los seres humanos simples, vulgares, comunes.

Comenzando a introducirme más profundamente en el análisis del poema I, menciono que este se inicia con el “yo lírico” que en el primer verso presenta una celebración individual, de cierta forma se halaga a sí mismo: “Me celebro y me canto mí mismo”, pero esto cambia cuando llega el segundo verso, donde pasa de la primera persona a la segunda.  De alguna manera se establece un diálogo entre el poeta y el lector: “y lo que yo digo ahora de mí, lo digo de ti”.  

Seguidamente el poeta plantea un término de igualdad entre todas las personas, lo que se demuestra con los  versos:  “porque lo que yo tengo lo tienes tu y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también”, el poeta da la razón de por qué celebra, por el simple hecho de ser todos iguales, por estar hechos del mismo material en cuerpo y alma;  ya que pocos tienen esto presente Whitman se encarga de resaltarlo.  Esto sucede en la primera estrofa, donde expresa su pensamiento de las personas, pero se puede decir que a un nivel general.

 Luego en las siguientes estrofas esto cambia, pasando a hacer referencia a temas más específicos, personales y comienza así: “Vago… e invito a vagar a mi alma”, vale aclarar que cuando habla de vagar se hace referencia a dejarse llevar, a no sentirse trabado y así poder liberarse totalmente.

A continuación de este verso: “vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra para ver cómo crece la hierba del estío”, se percibe la anáfora “vago”, dicha herramienta literaria se utiliza para resaltar una idea o pensamiento, en este caso se reafirma el hecho de dejarse fluir y llevar por lo que se siente, para así poder lograr ese estado de armonía total con nuestra alma, y para conseguirlo se tira sobre la naturaleza logrando un contacto máximo con esta, valorando las pequeñas y naturales cosas que nos rodean.

Luego: “Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí, de esta tierra y de estos vientos”, el poeta expresa que su todo ha nacido en esa tierra, se siente parte del lugar, y con la metáfora “mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí” de alguna manera inserta la relación con su cultura, cuando refiere a su lengua, a su habla, y luego la sangre, lo básico del ser humano.  El poeta se muestra orgulloso de pertenecer y ser parte de tal lugar.

Después de expresar su gran sentimiento lleno de orgullo para con su tierra, el poeta nos presenta en tres versos una genealogía, revela su origen, nos menciona que su familia toda vivió allí, en el mismo lugar, lo cual lo enorgullece más aún: “Me engendraron padres que nacieron aquí, de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también”

En la última estrofa, el poeta habla de forma más particular aún, y comienza: “Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta” y en el segundo verso “y con mi aliento puro” aquí estamos frente a una metáfora mediante la cual expresa la idea de que se siente puro, tranquilo, habla con la mayor pureza posible, con una profunda y sincera cristalinidad.

Whitman quería ser libre, y para ello debía librarse de todos aquellos aprendizajes y obstáculos que le imponían las escuelas y la iglesia, una vez conseguido esto, poder alcanzar nuevos conocimientos de la propia vida, con el fin de encontrar la verdad pura y alcanzar la más alta felicidad.  Esto se refleja cuando dice: “que se callen ahora las escuelas y los credos.  Atrás, a su sitio”.  Pero el poeta tenía claro una cosa,  que lo que ya había aprendido no debía de olvidarlo, ya que ningún aprendizaje es en vano, él pensaba que es parte de nuestra existencia, aprender, es necesario saber, formarse, pero lo que aún es más necesario es aprender de la vida viviéndola, tener en claro que la forma académica no lo es todo, que hay un gran aprendizaje más allá de las instituciones educativas.

El poeta tiene la característica de una actitud liberal, él no se cerraba a la realidad, escuchaba a todo el mundo sin juzgar, esto lo podemos ver en los versos, casi últimos: “pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal, dejo hablar a todos sin restricción”.

Y por último “y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada”, estos versos resaltan más que antes la gran sinceridad y profundos sentimientos de Whitman.  A través de esta metáfora nos reafirma el hecho de buscar la verdad.  Además nos habla con una sinceridad inmensa y nos muestra su punto de admiración hacia la naturaleza.

En términos generales en este poema, Whitman nos transmite la idea y realidad de que todos pertenecemos a un todo, que somos parte de una misma esencia, que nos une, que nos hace a todos iguales, y por ende no existe la diferencia, que debemos enfocarnos en hallar la esencia y concebir la verdad.