PRE-ROMANTICISMO    Y   STURM UND DRANG

 

LOS PRERROMÁNTICOS – CARACTERES DISTINTIVOS

 

Bajo el nombre de prerrománticos puede agruparse a una serie de escritores muy diferentes, poetas en su mayor parte, que hacia el final de la época clásica se distinguen de sus contemporáneos por ciertos rasgos que anuncian el romanticismo de la época moderna.  Son innovadores, sobre todo, por  sus tendencias morales, por sus gustos literarios, por sus fuentes y sus modelos.  A la razón, que domina ante ellos y en torno suyo, prefieren el sentimiento, y frecuentemente se dejan llevar de la melancolía.  Prefieren el campo a la vida social, e incluso la naturaleza salvaje;  muchos de ellos se forjan un ideal de vida rústica, de vida sencilla, en que ocupan un gran lugar los puros afectos de la familia.  Algunos sufren ya con las trabas sociales y aspiran a la libertad, a la igualdad de las diversas condiciones.  Creen volver a hallar el sentimiento verdadero, la vida natural y libre en el hombre primitivo, bárbaro o salvaje, y, en el pueblo.  Los recuerdos nacionales son de nuevo reverenciados;  la Edad Media empieza a surgir del olvido y desdén en que la habían tenido los clásicos puros.  Estas nuevas tendencias explican ciertos gustos literarios nuevos.  Manifiestan predilección por aquello que desinteresa a los clásicos:  una poesía “natural”, que es preferida a la poesía “artística”.  En la novela y en el teatro se buscan los sentimientos enérgicos.  Se descubren nuevas fuentes, destinadas a completar o sustituir a los griegos y a los romanos.

 

Esas fuentes y esos modelos están tomados principalmente del norte de Europa.  La mitología escandinava, se publica una importante colección de viejas baladas inglesas.

Singularmente MACPHERSON, al dar las traducciones de unos poemas de Ossián, abrió un mundo desconocido- el mundo céltico -, a las búsquedas del historiador, a las reflexiones del filósofo, a las ensoñaciones de los poetas.

OSSIÁN evoca paisajes melancólicos, sentimientos tiernos y tristes, meditaciones sobre ruinas y sobre el destino humano, da cuerpo a las aspiraciones sentimentales y literarias de dos o tres generaciones, se le pone en parangón con Homero, ejerce en toda la Europa culta una acción inmensa y prolongada.

 

En Alemania se despierta el interés por las poesías de la Edad Media alemana;  en España, por los romances viejos;  en la misma Francia, por los trovadores.  Los poetas ingleses que precedieron a la época clásica, Spenser y Milton, tornan a ser venerados, y Milton es admirado por los alemanes.  A Shakespeare se le descubre en el continente, y lo encumbran hasta las nubes sus entusiastas, particularmente en Alemania.  En Italia,  Dante vuelve a ser objeto de un verdadero culto.

 

Gran número de estos rasgos tan diversos se deben a Rousseau o se desarrollan bajo la influencia de éste:  Rousseau es el maestro a que rinden culto los prerrománticos de Europa.  Algunos concilian ese culto con la imitación de Voltaire;  los más adoran en Rousseau contra Voltaire. 

 

El porerromanticismo es, en muchos respectos, la sustitución del ideal francés y latino, que domina la época clásica, por el ideal inglés.

 

Los principales lugares en que le prerromanticismo tiene su cuna son Escocia y Suiza, dos países agrestes y montañosos.  Esta brillantemente representado en Inglaterra y Alemania, donde señala una edad de oro.

 

PANORAMA DE LA LITERATURA ALEMANA EN EL  SIGLO XVIII

 

LA ÉPOCA

 

A mediados del siglo XVIII, en el centro del continente europeo, el Imperio Alemán existe solamente de nombre.

Señala Madame de Staël,(Ana Luisa Germana Necker) testigo lúcido de la época:  “El vínculo político y social de los pueblo, un único gobierno, un único culto, las mismas leyes para todos, los mismos intereses, una literatura clásica, una opinión dominante, nada de esto existe entre los alemanes;  cada Estado es más independiente, cada ciencia mejor cultivada, pero la nación entera está de tal modo dividida que no se sabe a qué parte del imperio debe concederse el nombre de nación”.

 

Integrado el imperio Alemán por diversidad de Estados cuyas dos potencias máximas eran las monarquías de Austria y Prusia, se vuelve necesario examinar cada región para comprender las diferentes manifestaciones artísticas.  Así por ejemplo, la Alemania Meridional cultivó pocas expresiones del arte;  quizás la más relevante haya sido la música, pero casi nada en literatura y una marcada despreocupación hacia el arte en general.

En manifiesto contraste, la Alemania del Norte con sus pequeñas ciudades y sus universidades, su carencia de diversiones masivas y de espectáculos, la ausencia de formas de sociabilidad, alimenta y predispone a la reflexión, la meditación, la imaginación, el arte en sí mismo y el pensamiento, generalmente ejercidos y desarrollados en la soledad de un paisaje de iglesias góticas y casas ennegrecidas por el humo.  En esta región no existe una gran capital, no hay gobierno representativo, el clima es riguroso, el carácter alemán serio y adusto.

El pensamiento alemán derriba esos obstáculos, crean un independiente y animado territorio de las letras.

Madame de Staël observa:  “en ningún país de la tierra existe tanta instrucción como en Sajonia y en el Norte de Alemania”.  Desde los tiempos de la Reforma Luterana, los príncipes de la casa de Sajonia siempre concedieron una noble protección a las letras.  Allí –como en todo el territorio alemán-  se cultiva espléndidamente la música, se extiende la lectura a los trabajadores, se concede importancia a la expresión artística.  Sin embargo,

otro de los factores derivados de la división de Alemania, es la incomunicación, que sigue apareciendo como rasgo esencial de la época.  Los pensadores alemanes, alejados de una vida social activa, amantes de la vida retirada, apenas si se comunican a través de sus escritos.  En cierta forma para corregir esa característica, los hombres más destacados de las letras se reúnen en el principado de Weimar.  Por primera vez, Alemania hallará entonces una capital literaria.  Hacia principios del siglo XIX, Weimar concentra a los más importantes intelectos:  Goethe, Schiller, Herder. 

 

Las obras literarias despiertan la mayor atención, se lee y estudia la literatura universal.  Gothe dirige su teatro para un auditorio entusiasmado.  El amor a las bellas artes y el buen gusto reinan en la corte de Weimar con singular esplendor.

 

FEDERICO II DE PRUSIA

 

Fue Federico II, el factor del desarrollo paulatino del poder prusiano, alemán por naturaleza pero francés por educación.  Estableció la característica germana del orden en la administración y en la economía, desempeñando con sencillez su gobierno, tanto en la corte como en la vida privada.  Introdujo una forma libre de pensar en el norte de Alemania.

Federico II fue sumamente irrespetuoso con la religión, se distinguían las burlas que hacía a la religión y a las costumbres, lo que de repercutía en sus súbditos.  El afrancesamiento en materia artística era tal, que desestimó completamente la literatura alemana de su época.  Formado en la filosofía francesa del siglo XVIII, despreciaba el genio de los alemanes pero el gusto popular seguía la natural inclinación hacia el talento autóctono.

 

PROCESO DE LAS LETRAS ALEMANAS EN EL SIGLO XVIII

 

La historia de la literatura alemana en el siglo XVIII marca un proceso evolutivo a partir de las primeras décadas, cuando la tendencia dominante era una literatura de imitación del estilo francés, hacia una literatura de inspiración e imaginación sustentada en la base de un creciente nacionalismo, que se consolida y fortifica en las décadas finales del siglo con el advenimiento del Romanticismo, cuya difusión se extiende por toda Europa.

 

El desarrollo del pensamiento y de la literatura en la Alemania del siglo XVIII es un proceso que se acrecienta a mediada que se suceden las décadas. 

Los  primeros años de este siglo fueron de gran pobreza y mediocridad sorprendentes.  Durante este período el tono predominante es el clamor interno por un espíritu creador y el sometimiento a la imitación extranjera, fundamentalmente orientada hacia el rococó francés.

 

El pensamiento francés del siglo fluctúa entre un Voltaire racionalista y ateo y un Rousseau sentimental y deísta.  De sus influencias conjuntas surge el nuevo espíritu revolucionario que conducirá a los acontecimientos de 1789.

De este panorama Alemania recibía el mayor influjo de Francia en el plano artístico.  El rococó francés se practicaba con delectación y el neoclasicismo invadía con los rígidos

preceptos el recinto dramático.  Al conocimiento y la influencia de Voltaire se debe gran parte del afrancesamiento de Federico II, así como el conocimiento y la influencia de Rousseau determinarán importante rol en las concepciones estéticas de Herder, líder de esa rebelión contra la estrechez normativa del clasicismo, que fue la impetuosa renovación del movimiento sturmer.

 

Pero entre Federico II, la imitación francesa característica del primer período, y el surgimiento vitalizador del nacionalismo literario alemán, con el impulso que brindó a la inspiración y a la imaginación el afán renovador de Herder y del Sturm Und Drang, media un período en el que ambas tendencias: razón y sensibilidad (pasión), coexisten y se confunden sin definir totalmente una fisonomía;   es el momento del aporte precursor de tres importantes espíritus clásicos: el racionalismo de Lessing, la sensibilidad y el sentimiento de Klopstock y cierto eclecticismo con elementos de una y otra tendencia de Wieland.  Los tres, unidos por un estilo clásico, separados por distintos temperamentos, aunados en el intento de infundir vida a las letras alemanas asfixiadas por la influencia extranjera. Será una época de transición, momento de apertura, conciente de la necesidad de establecer una literatura propia, auténtica, eminentemente germana.

 

STURM UND DRANG

 

PRESENTACIÓN

 

En el período comprendido entre 1770 y 1785 aproximadamente,  parte de la joven generación literaria alemana inicia y desarrolla un movimiento de rebelión contra la Ilustración y lo que ella representaba en varios órdenes (artístico, social, vital, etc). 

Era un impulso de renovación anti racionalista que preconizaba una mayor libertad creadora, una fuerza creciente de la imaginación, la búsqueda decidida en la inspiración original, la apertura de un caudal expresivo más libre y natural.

Sensibilidad, sentimiento, pasión, son los estandartes que esgrimen con la fogosidad propia de su temperamento juvenil.  Las semillas del nacionalismo alemán rendían sus primeros frutos.  Comenzaba a forjarse una generación de titanes, de “genios”, tal como les gustaba ser reconocidos.  Respondían al ímpetu d un talento que por vez primera veía hacia el interior de Alemania, alejando su mirada del paisaje extranjero y si bien existían influencias de otras naciones (Rousseau, por ejemplo) había un sentimiento nacional que rescataba al espíritu de los moldes clásicos,  levándolo al drama histórico, a la poesía popular. 

 

Estos jóvenes tenían sus representantes, se nuclearon en principio alrededor de la figura orientadora de Herder, verdadero guía e impulsor del movimiento.  Imprimieron a sus obras tales características que los transforman en auténticos precursores del Romanticismo.

 

 

DENOMINACIÓN DEL MOVIMIENTO

 

Lo que dio el nombre al movimiento fue una mediocre pieza teatral de Friedrich M. Klinger, que se titulaba “Sturm und Drang” (Sturm significa “tormenta”, “tempestad”; Drang es “impulso”, ímpetu”;  el título original puede traducirse como “tormenta e impulso”.

La designación del movimiento anticipaba cuáles serían la características del grupo:  impetuosidad propia de la pasión juvenil, exaltación vibrante de los espíritus creadores, necesidad  de liberación y de ruptura frente a la rigidez del iluminismo clasicista.

 

Johann Herder fue el guía,  dirige y difunde el movimiento sturmer. Conoce la obra de Rousseau, frecuenta el conocimiento de la literatura medieval, especialmente la tragedia de Shakespeare y la poesía de los trovadores y descubre una obra que se constituye  en el primer hito de la literatura romántica:  el Ossián, de James Macpherson.

 

 

 

INFLUENCIAS

 

OSSIÁN

 

En realidad, el título de la obra del escocés Macpherson no es Ossián sino “Fingal”.  Esta obra promovió en su época una verdadera revolución del ambiente literario europeo.

 

Macpherson publicó su “Fingal” en 1762, con el carácter de supuesta traducción de un poema fragmentario del siglo III que atribuía a un bardo ciego llamado Ossián, el cual cntaba la epopeya de su padre Fingal.  Lo cierto es que este presunto autor era apócrifo según Samuel

 

Jonson, crítico inglés de la época que acusó a Macpherson de fraude literario.  Habiendo sido traducida a casi todos los idiomas europeos, la acusación de Jonson promovió un verdadero escándalo en las letras.

Fraude o no, el Ossián –como pasó a ser denominado con el tiempo-  abrió el conocimiento del mundo céltico y desplegó vasta influencia sobre el continente europeo:  en España y Francia acrecentó el interés por la obra anónima o de autor  en el período medieval de la poesía trovadoresca.  Como consecuencia, resurgió el estudio del Romancero y de los trovadores provenzales.  En Alemania, Goethe va a incluir en su “Werther”, pasajes completos de esta obra.

 

El Ossián produjo varias consecuencias importantes:  determinó el retorno al pasado en fuentes y modelos;  ubicó una época de preferencia:  la Edad Media, abriendo una perspectiva histórica de la creación artística;  descubrió el mundo céltico y al hacerlo indujo a cada nación a la búsqueda de sus raíces lingüísticas originarias, a la exploración de las primitivas manifestaciones de una literatura autóctona, con el consiguiente redescubrimiento de leyendas, canciones populares,  fragmentos, baladas, etc.

 

 

Por otra parte amplió el horizonte medieval, hasta entonces circunscripto a la figura de Shakespeare.

Según Jorge Luis Borges, el “Fingal” u Ossián   es el primer poema romántico europeo.

 

 

LA NOVELA INGLESA

 

El Sturm und Drang no se vio despojado de influencias tutelares.  El creciente fervor hacia el sentimiento y la pasión no nacía tan claramente de un vuelco  sustancial del espíritu alemán como de una lenta influencia proveniente de otras regiones europeas.  Desde Inglaterra, el sentimiento se transformaba en idea principal de varias novelas de resonancia.  En ese sentido, cabe mencionar a Samuel Richardson con una serie de novelas epistolares basadas en el análisis de los sentimientos femeninos.  Sus obras reúnen dos características importantes:  la efusión de sentimientos personales, subjetivos y la forma narrativa epistolar.

Ambos elementos se encuentran en “Werther” de Goethe.  La novela epistolar “Pamela” de Richardson inicia, por otra parte, la novela psicológica en la literatura.  En este autor encontramos la intuición que los sturmer adoptan como uno de los principales puntos contra el pensamiento racionalista.  Otro elemento que se encuentra en este autor, como posteriormente en el Sturm und Drang, es el retrato de la emoción íntima.

 

Había otros nombres importantes en la novela inglesa del siglo XVIII:  Laurence Sterne, mezcla en sus obras el sentimiento y la ironía.   Henry Fielding, detractor de Richardson, a quien combatió por el tono sentimental de “Pamela”, y se burla de los elementos que constituían la esencia sentimental, el movimiento sturmer toma  de este autor el juego de la imaginación de que hace gala.

 

ROUSSEAU Y LA NOVELA EPISTOLAR

 

La novela y la literatura inglesa del siglo XVIII expresaba un mayor interés por mostrar sentimientos y actitudes de los personajes que por los sucesos de la trama narrativa.  No era la única influencia que se volcaría en el naciente Sturm un Drang.  Desde Francia, una vez más, llegaría la voz del pensamiento y del arte.  Jean Jacques Rousseau, convertida su obra en paradigma de las virtudes de la Naturaleza frente a la corrupción deformante de la sociedad, modelo de la exaltación del sentimiento, entusiasmaba a los jóvenes literatos.

Rousseau abrío un mondo afectivo, pleno de emociones, del desborde de una sensibilidad fundada en el poder de la pasión sobre lo racional.  Practicó la novela epistolar, que influye en la concepción de “Werther”.

 

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL STURM UND DRANG

 

EL IRRACIONALISMO.  EL INDIVIDUALISMO

 

La rebeldía del Sturm und Drang no estuvo exclusivamente orientada hacia la demolición del racionalismo en el arte.  El movimiento sostuvo la posición rebelde en varios órdenes:  protestó contra el despotismo político, exaltó la libertad en todas sus formas, buscó quebrar los moldes estrictos de la Ilustración.  Desplazado el conocimiento positivo, científico y racional, lo sustituye por la intuición y la visión metafísica.

La  reacción anti-racionalista se transforma entonces en distintas formas de irracionalismo:   el conocimiento por los sentidos, la idealización cósmica, la apertura hacia una más estrecha relación entre el hombre la naturaleza como medio de acceder a los misterios de la divinidad.  El irracionalismo se une indefectiblemente al Romanticismo que lo encauza mediante el sueño y la imaginación, la fábula fantástica y lo maravilloso.  Lo irracional cunde por Europa a través de una forma particular de emocionalismo, que en Alemania, recibe el sello especial de idealismo y espiritualidad.

 

El siglo XVIII había sido el siglo del nacimiento del pensamiento científico moderno;   ahora, el irracionalismo que se expresa en el pensamiento abstracto y en el lenguaje esotérico de los poetas y los filósofos alemanes, encontrará otras vertientes expresivas.  La mirada se vuelca hacia cada individuo en sí mismo.  Inglaterra había producido obras de marcado carácter subjetivo, como la mencionada “Pamela” de Richardosn.

Rousseau es un espíritu individualista como lo establece claramente su teoría del conflicto del ser humano con la sociedad.  Las propias características epocales de la Alemania dieciochesca hacían difíciles las concentraciones y la comunicación;  solamente Weimar y las universidades, se convierten en centros intelectuales de propagación de ideas.

El propio carácter alemán era singularmente dotado para una aceptación del subjetivismo.  Así, el Sturm fomenta y aplaude la exaltación del individuo, autoconsiderándose “genios”, titanes, poseedores de un desbordante talento creador.  En la Ilustración, el concepto de genio aparecía vinculado a la inteligencia esclarecida, a la razón, a la teoría, a la tradición y los convencionalismos.  En este pre-romanticismo sturmer, el genio se convierte en un ideal para el cual resulta decisiva, justamente, la ausencia de esto.  Consecuentes con la veneración de extremo subjetivismo, el enérgico vital individualismo que proponen los lleva a autoconsiderarse verdadera “generación de genios” cuya originalidad los hace semejantes a titanes.  El sturmer encontró la encarnación del genio en Shakespeare, al que idolatran como auténtica expresión de la naturaleza del hombre y de sus manifestaciones.

 

Señala Arnold Hauser, que “la situación peculiar del Sturm un Drang entre la Ilustración y el Romanticismo está determinada por el hecho de que no se pueden identificar racionalismo e irracionalismo con progreso y reacción”.  Esto nos lleva a ubicar con crácter de transición al movimiento sturmer.

 

SOBRE CLASICISMO Y ROMANTICISMO

 

Los intentos de síntesis pueden conducir, a veces, a errores.  Se suele caer en esquematización fácil pero errónea al señal que determinadas escuelas o movimientos artísticos suceden a otros anteriores, en una especie de proceso dialéctico.  En realidad, esto no sucede con frecuencia;  no hay una sustitución lisa y llana de concepciones más o menos complejas para otra serie de conceptos antitéticos o diferentes de aquellos.

Los fenómenos culturales no se producen como quien extrae y coloca una serie de fáciles etiquetas en sucesión.  De hecho, muchas veces coexisten en una misma época expresiones artísticas no sólo distintas sino antagónicas, reflejando con ello un estadio en la evolución del arte.  No debe cederse a la tentación de pensar que el proceso artístico alemán es eminentemente dialéctico y con ello oponer al Racionalismo la antítesis del Sturm und Drang para llegar a una síntesis con el Romanticismo.  De ninguna manera acontece esto.  El Sturm es un movimiento de rebelión contra la férrea sujeción normativa de la Ilustración y el poder ilimitado de la razón que impedía la libertad espontánea de creación.

Era una necesidad vital de la joven generación literaria alemana.  Pero ello, si bien por sus características principales se dirige a alimentar al naciente romanticismo -en el cual se plasmarán más de uno de los ideales sturmer-  , no implica la imposibilidad de una coexistencia con la opuesta concepción del arte que, enraizada en el paganismo de la antigüedad, la tradición de la belleza formal helénica, el conocimiento del pensamiento y de la estética greco-latinas, la perfección de las formas cultas de estilo, la dulzura de un arte

meridional que seduce y encanta, conduzca a más de un espíritu selecto por la senda del Clasicismo. 

No se trata de circunstancias epocales sino de cosmovisiones artísticas.  Que Clasicismo y Romanticismo existan con igual intensidad en un mismo período histórico, es debido, más

allá de la circunstancia de la época, a que ambos responden a expresiones de espíritus diferentes.  Encarnan por separado una concepción del mundo – cosmovisión – artística, estética, vital, perfectamente definida y antagónicas la una de la otra.  Son dos formas distintas de espíritu.  

Cada una de ellas con sus caracteres, sus leyes, sus elementos propios, que a veces se interrelacionan y confunden produciendo acaso obras híbridas, u obras de distinto estilo en un mismo autor.  Conociendo esto, podremos conciliar mejor el romanticismo de la obra sturmer de Goethe, “Los sufrimientos del joven Werther”, con el clasicismo posterior de “Ifigenia”, en el momento en que se produce históricamente el ascenso romántico.

 

SENTIMIENTO CÓSMICO DE LA NATURALEZA

 

En el sturmer –como luego en el romántico-  son evidentes los deseos de diferenciarse de las otras personas, la preocupación por establecer una distinción con el prójimo, el anhelo

de convertirse en seres únicos, particularizados.  De ahí la búsqueda de un lenguaje cifrado, su culto de lo difícil y lo complicado.  Todo ello en un intento de aislar la vida intelectual a una élite.  Había sido el propio Goethe quien se refiriera a lo bello como “una manifestación de las fuerzas secretas de la Naturaleza”.  Y, consecuentemente, la estructura armónica de la obra de arte se vuelve cósmica, la estética se transforma en órgano de la metafísica.  El Sturm llegará a considerar el mundo como algo misterioso, incomprensible, desprovisto de significado.

 

El sentimiento cósmico se enlaza, posteriormente, a la idea de una más estrecha relación entre el hombre y la naturaleza.  La Naturaleza adquiere una dualidad conceptual compleja por la cual es, por otra parte, medio de vinculación entre el hombre y la divinidad;  por otra, expresión y transustanciación de lo divino natural.  De la tendencia expansiva del yo humano volcado hacia el cosmos y el universo infinito, surge esa profunda unidad entre la finitud humana y la infinitud cósmica que trasunta el misterio de Dios.  Nos acercamos así a las teorías filosóficas de Spinoza y particularmente al panteísmo, que tanto influye en Goethe y por consecuencia, en su obra. 

 

 

RESUMEN DE LAS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DEL STURM UND DRANG

 

 

  1. La exaltación de la sensibilidad, en cuanto manifestación del sentimiento, de la pasión.  En este sentido, fueron básicas las influencias extranjeras (Rousseau, Ossián, Shakespeare, los trovadores, la novela inglesa, las baladas) que Herder introduce en Alemania hacia 1770.

 

  1. La intensificación del nacionalismo conduce al estudio de las raíces lingüísticas de la nación y al resurgimiento de las primitivas formas de expresión artística eminentemente populares.  Reaparecen las canciones populares, lieder, leyendas, canciones de trova, composiciones folklóricas, etc.  En este sentido, el autor más  popular: Bürger, no se encuentra en el movimiento sturmer, sino que fue miembro de la Liga de Gottinga.  Del Sturm, el rol fundamental lo cumple Herder, primer autor que señala en Alemania, el valor de la canción popular.

 

 

 

 

  1. La apoteosis del individualismo, del subjetivismo, del yo humano, elevado por el carácter de su talento creador a la condición de genio, a la figura de titán.  Un sentimiento de introversión, sumado a características intrínsecas del espíritu alemán y al deseo de distinción y particularización de los seres replegó al individuo sobre sí mismo.

 

  1. Tres elementos sustanciales para la formación de un nuevo arte:  la inspiración, contrapuesta a la tendencia imitadora del arte francés;  la originalidad, buscada afanosamente por el sturmer y principalmente, la fuerza de la imaginación, importante factor de renovación y vitalidad en la creación artística

 

  1. La concepción compleja de una Naturaleza copartícipe de la divinidad y de las manifestaciones humanas.  Una serie de interrelaciones fundadas en lo natural humano y lo natural divino, conducen a un creciente sentimiento cósmico de la Naturaleza que integra al hombre, a Dios, al Universo en una totalidad donde lo natural desempeña principalísimo función.  Se destaca el aporte filosófico del panteísmo spinoziano y la idea de Rousseau sobre el retorno a lo natural.

 

  1. La rebelión del movimiento contra las distintas formas de lo establecido.  El sturmer combate el racionalismo de la Ilustración, la rigidez clásica, el preciosismo francés, pero también hay embates en lo social cultural.  Se observa, más que nada, una actitud de rebeldía propia de la impetuosidad juvenil de sus integrantes, que busca una mayor liberalidad.

 

  1. La transformación en la esfera del conocimiento desplazándolo hacia formas de irracionalismo (como la evasión de la literatura fantástica, por ejemplo;  pero aquí otra vez existe mayor número de modelos en la Liga de Gottinga).  El conocimiento intuitivo y la especulación metafísica desplazan al cientifismo y al conocimiento positivista del Iluminismo.

 

  1. El gusto creciente por lo esotérico, lo oculto, lo desconocido, lo misterioso.  Un sentimiento elitista promueve, igualmente, las formas complejas de expresión.