PARNASIANISMO

 

 APROXIMACIÓN AL CONCEPTO

 

Movimiento literario que surge en Francia en el último tercio del siglo XIX.  Su nombre procede de Le Parnasse contemporain (1866), publicación que recoge los poemas de mayor interés. 

A partir de 1850, la poesía francesa muestra marcadísma tendencia a hacerse más objetiva, menos personal, más cuidadosa de la exactitud en el color, más acabada en la expresión, más análoga a las artes plásticas:  es una reacción contra el romanticismo.

Las figuras más representativas son:  Théophile Gautier, con Esmaltes y camafeos, en los que se desprende un gusto y admiración por el mundo griego;  Leconte de Lisle con Poèmes antiques Poèmes hindous y Poèmes barbares, en los que se interesa por los mitos griegos, la sabiduría oriental y la Edad Media;  y Charles Baudelaire, cuya inspiración era completamente nueva, sensual, refinada e inquietante, expresada en una forma de madurada y clásica perfección.

 

Fue una tendencia de vida efímera, hunde sus raíces en las tradiciones de la poesía francesa de los siglos XVI y XVII.  Nace como oposición al Romanticismo y se diluye con la aparición de otras corrientes como el Decadentismo, el Simbolismo.  Los rasgos que lo caracterizan arrancan del lema de T. Gautier “el arte por el arte”;  consideran la belleza como un valor esencial y eterno, de ahí que vuelvan la mirada hacia el mundo helénico con lo que conlleva de  perfección formal y admiración por las líneas puras y equilibradas.

 

Su  aportación fundamental hay que buscarla en el Modernismo.

  

ANTECEDENTES

 

A partir de 1830 se distinguieron en Francia,  claramente, dos tendencias:  la intimista y la pintoresca, ambas de estirpe romántica.

 

La INTIMISTA fue la más antigua:  sus antecedentes están en las “Meditaciones” de Lamartine y en las “Odas” de Víctor Hugo.  Era una tendencia subjetiva, en la que se buscaba traducir emociones, inquietudes y todos los matices del alma.

 

La PINTORESCA tuvo por antecedente más remoto “Las Orientales” de Víctor Hugo.  Pero la teoría de esta tendencia recién es esbozada en 1828 por Saint Beuve y por casualidad.  Los caracteres de ésta fueron:  1) la libertad en el arte;  2)  el derecho a expresar la fantasía;    3) aumento de los recursos de la lengua;  4) multiplicación de las formas rítmicas;  5) revolución de las imágenes y metáforas;   6) la poesía debía describir, como la pintura, y ser armoniosa, como un instrumento de música;  7) resurrección de viejos metros y adaptación de los ritmos a lo que se escribe.

 

 QUERELLA SOBRE LA UTILIDAD DEL ARTE

 

Aquí citaremos las ideas de Martino, expuestas en su libro “Parnaso y simbolismo”.  A partir de 1830 se planteó una querella:  el arte, ¿debía tener un fin en sí mismo (teoría del arte por el arte), o ¿debía tener un fin útil?  Según estos últimos, el arte debía servir para transformar, en un sentido benéfico, la sociedad y las costumbres.  Los clásicos, los filósofos adheridos a Saint-Simon y algunos románticos, se agruparon todos contra la teoría del arte por el arte.  Se pensó que por ese medio se regeneraría a la humanidad, se mejoraría la suerte  de las clases pobres,  se llegaría a crear el espíritu de asociación y el amor y la fraternidad humanas.  Muchos románticos ingresaron en esta tendencia:  Víctor Hugo, Lamartine,  Vigny, Jorge Sand.

 

El antiguo romanticismo (el de corte antisocial) fue perseguido y la teoría del “arte por el arte”, también.

 

Los defensores de la escuela del arte, no tuvieron más remedio que agruparse y definirse para poder subsistir.  Así, en 1836 Teófilo Gautier escribe su novela “La señorita Maupin”, cuyo prefacio es un verdadero manifiesto.  Y en 1858,   en un poema titulado “El arte”,, dice:  “el artista deber ser un buen obrero, conocedor de todos los recursos de la lengua y del verso.  Para hacer valer su habilidad técnica, debe elegir la forma difícil, la materia dura, cincelar su sueño en el bloque resistente:  sólo la forma queda, más fuerte que el tiempo y que la muerte”.

“Esmaltes y Camafeos” son cortas  estancias octosilábicas de asuntos insignificantes, a  propósito para  hacer  resaltar la habilidad de ejecución, de imágenes pintorescas, de sensaciones plásticas, de armonía de líneas y sinfonía de colores.

 

FORMACIÓN DEL PARNASIANISMO

 

La figura más grande va a ser Lecomte de Lisle, verdadero jefe de esta escuela.  Era de ideas republicanas y anticatólicas, y en su juventud se acercó bastante a la doctrina socialista de Fourier.  Pero luego fue ganado por la teoría del arte por el arte, la cual desembocó en el parnasianismo.

 

CARACTERES DEL PARNASIANISMO

 

a.       IMPASIBILIDAD del  poeta.  Se  elimina el contenido emocional que era elemento de los románticos.

 

b.      PLASTICIDAD, el parnasianismo dio una poesía visual;  los poetas buscaron rivalizar con la pintura.  A veces hicieron descripciones de cuadros célebres.   Buscaron la imagen nítida, el diseño preciso.  La emoción estética nos llega, entonces, por la vista, nos llega manifestada en colores, relieves, formas.            Hay, sin embargo, diferencia entre la pintura que hacía un parnasiano y la que hizo un clásico, porque en éste, la imagen visual está dada en movimiento;  los héroes homéricos, por ejemplo, están diseñados en función de lo narrativo, se les pinta accionando;  no son una mera descripción.  En cambio, la pintura parnasiana buscó eternizar el instante, describiendo una actitud plástica e inmovilizada.  Por eso los parnasianos muchas veces tomaron como tema de sus poesías, la descripción de algún cuadro célebre.

 

c.       ESCASA IMPORTANCIA DEL FONDO, prefirieron, incluso, tomar temas insignificantes, para hacer resaltar mejor la maestría de la ejecución técnica.

 

d.      ARTE CONSCIENTE Y DIFÍCIL, el poema no debía ser creado en un estado de inspiración sino por el contrario, trabajando, labrando, repujando, como el orfebre que cincela una joya.  El poeta debe ser entonces el ser más severo de su crítica y rehacer todo aquello que no sea perfecto.

 

e.       Se busca la RIMA rica y sonora, el RITMO más firme, porque para ellos, el verso no debe ser lánguido,  como lo hicieron luego algunos de los maestros de la escuela simbolista.