DOLCE STIL NUOVO

Con la expresión toscana Dolce stil novo (=Dulce estilo nuevo) Francesco de Sanctis denominó en el siglo XIX a un grupo de poetas italianos de la segunda mitad del siglo XIII, integrado por Guido Guinizzelli, Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, Lapo Gianni, Cino da Pistoia, Guianni Alfani y Dino Frescobaldi. La expresión proviene de la Divina Comedia de Dante, concretamente de Purgatorio, XXIV, v. 57, ("Qual dolce stil nuovo") y de allí es donde el poeta florentino Bonagiunta da Lucca denomina así la obra de Dante en contraposición a la lírica trovadoresca.

Sin embargo este dulce nuevo estilo deriva de diversas fuentes, entre ellas

Los poetas más importantes de este grupo fueron la tríada compuesta por Guinizzelli, Cavalcanti y Dante, que configuró el desarrollo teórico, filosófico y metafísico de la fenomenología amorosa. Desde un punto de vista formal, los metros más usados por esta escuela poética fueron el soneto, la canción y la balada, compuestos en endecasílabos y heptasílabos.

Guinizzelli compuso la canción programática del movimiento, Al cor gentil ripara sempre amore*. Definió el amor gentil como "purificado y purificador" y considera que el amor y el corazón noble, derivado de la virtud personal, son una y la misma cosa. Según Guinizzelli, la amada estimula la disposición innata del amante para el bien absoluto y lo pone en comunicación con el amor divino.

Cavalcanti pregona su ideal de amor cristiano y neoaristotélico en su canción Donna me prega, per ch’eo voglio dire (-La-Mujer me ruega, por esto que quiero decirle). En tal canción la idealidad y la renuncia a las realidades empíricas provocan que la dama nunca asuma una corporeidad perfilada, sino que irradie acción por medio de su belleza. El amante, entre agitaciones y angustias, se siente perseguido por los espectros del amor y de la muerte.

Los primeros poemas de La vita nuova (c. 1293) de Dante Alighieri expresan la angustia que deriva del modelo cavalcantiano, pero en la canción Donne ch’avete intelletto d’amore (Mujeres que tenéis inteligencia del amor) se rechaza esa actitud y se prefiere el concepto de amor de Guinizzelli para engarzar elementos pertecientes al platonismo, especialmente la contemplación angélica de la amada o donna angelicata. En De vulgari eloquentia (1304-1307), Dante elabora sus ideas sobre el estilo, lengua, forma y metro más adecuados para valorar esencialmente la autenticidad del sentimiento poético y la dulzura y sutileza del tono.

El Dolce stil nuovo ejerció un extenso influjo sobre poetas posteriores, en especial Francesco Petrarca, Matteo Frescobaldi, Franceschino degli Albizzi, Sennuccio del Bene, Giovanni Boccaccio, Cino Rinuccini, etc. Asimismo, a través da influencia del Canzoniere de Petrarca, las convenciones del dolce stil nuovo se expandieron por toda Europa y marcaron el desarrollo de la poesía lírica francesa, ibérica, inglesa (salvo la rara excepción de William Shakespeare) etc...

El influjo de esta manera literaria transcendió hasta influir fuertemente en otras artes, por ejemplo en la pintura de Sandro Botticelli.

*: Esta frase en dialecto florentino posee más de un significado, la traducción más atinente quizá sea: Al corazón gentil le llega siempre el amor. Otras posibilidades: Al corazón gentil le tiene en consideración siempre el amor, o la traducción más simple: Al corazón gentil repara siempre (el) amor".

Dante Alighieri (1265-1321) empezó por ser el poeta más representativo del "dolce stil nuovo", denominación creada por él mismo para definir una corriente lírica que agrupaba a otros poetas de la segunda mitad del siglo XIII (G. Guinizzelli y G. Cavalcanti) y a él mismo y que se caracterizaba por la dulzura del fraseo y de la expresión y por una apuesta por el enriquecimiento técnico y temático. Igualmente, aunque heredado de los trovadores medievales, el amor es lo nuevo. Para Dante, el amor es nuevo en cuanto renovador, como introductor de una vida nueva. Y además lo es como símbolo y distintivo de la nueva clase social dominante, que manifiesta su nobleza no en su sangre sino en su manera de amar. Al mismo tiempo, el amor es percibido por los poetas del "dolce stil nuovo" y por Dante en su "Vita Nuova" como representación de lo divino, de lo más alto, como encarnación de todo lo ideal y espiritual, por encima del mundo de los amores humanos. La "donna", la mujer amada, Beatrice, aparece entre la gente rodeada de alabanzas, celestialmente pura y bienaventurada, en una esfera de trascendencia tal que cumple una función de centro de cielo equiparable a los ángeles.

 

Dante inicia su tarea literaria influido por esta corriente, arte preocupado por un contenido superior y una forma bella.

La lírica italiana había comenzado en Sicilia, siguiendo los modelos trovadorescos de los poetas provenzales. Este influjo llega a Florencia y a Bolonia y sufre una transformación, de la que fue iniciador Guido Guinizelli,  Guido Cavalcante, Cino da Pistola, Dante y otros, siguen su trayectoria.

 

El amor, tema dominante en las poesías provenzales y en las imitaciones sicilianas, se desprende de los elementos caballerescos que lo sustentaban – metáforas, comparaciones – que resultaban extraños en un país donde no existía la caballería.

El amor es objeto de discusión;  se inquiere sobre su origen, sus manifestaciones y su alcance;  se torna un tema teológico o filosófico.  La transformación se verifica mediante la interpretación:  la poesía puede entenderse en más de un sentido.  En la palabra “amor” o la palabra “amada”, los poetas toscanos encierran significados ocultos.  Se quiere superar el sentido literal con la expresión de un sentido más elevado.

En Dante la dama será elevada a jerarquía divina.  Paralelamente el amante se elevará.  El objetivo de éste se hallará en el cielo.  No exigirá reciprocidad de la amada como un amante terreno.  El amor que inspira Beatriz tiene el poder de llevar al hombre a la virtud.  El amor provoca.  Los tres temas utilizados en la poesía serán:  amor, salvación, virtud.  El amor se torna religioso.  Ante la muerte de Beatriz se espiritualiza más.

El razonamiento y los procedimientos escolásticos, ambos ajenos a la poesía, entran en las composiciones de aquellos poetas cultos acostumbrados a tales disquisiciones, propias de las aulas universitarias medievales.  Desde entonces la poesía será una manifestación que encierre la verdad:  tendrá una forma atrayente y hará accesible esa verdad a los iniciados.

Si bien subsisten los elementos tradicionales de la poesía, la acepción que se les procura dar la aleja de lo inmediato;  la mujer, el amor, no son sino velos que esconden una verdad trascendente.  Estos principios, con sus limitaciones, no podían originar por sí mismos obras estéticamente valiosas.  La fantasía de Dante, su sensibilidad, logran salvarlo muchas veces de tales limitaciones.

Hay en él un hombre que vive, que se estremece, que sueña, y eso le permitió superar las restricciones y las fórmulas de escuela.