DADAÍSMO

 

 

De dada, movimiento que surge durante la guerra europea. El  dadaísmo  se manifiesta en contra del racionalismo burgués que había conducido  Europa a la catástrofe bélica, también rechaza criterios formalistas, esclavos del sentido común;  encuentra en la improvisación, el desorden y la duda, la suma de los valores del nuevo lirismo.  Para los dadaístas la poesía es, intrínsecamente, libertad.  Tristán Tzara, R. Huelsenbeck y Hans Arp, abriendo un diccionario por una página cualquiera, bautizan con el nombre dada este movimiento:

 

“Dada no significa nada y, sin embargo, la primera idea que se revuelve en las cabezas es de orden bacteriológico;  encontrar un origen etimológico, por lo menos.  Así, se anuncia en los periódicos que los negros Krou llaman a la cola de una vaca santa:  DADA.  El cubo y la madre, en cierta región de Italia: DADA.  El caballo de madera, el ama de cría, en ruso y en rumano: DADA.”

 

Tristán Tzara

 

Su desdén compartido con el futurismo por el arte elaborado los llevó a afirmar que “el pensamiento se hace en la boca”.  Sin una ideología definida, buscaban “escandalizar al burgués”, con sus espectáculos-provocación, rompiendo con la actitud pasiva del espectador y con el concepto tradicional de obra de arte.  La obra de arte se hace inconclusa, que el espectador debe completar con personales procesos de creación (arte cinético, poesía concreta).  El gran mérito de Dadá fue la remoción  de valores que produjo, al poner en tela de juicio e incluso negar todo el arte anterior, sin proponer todavía, nada concreto en cambio.

 

Anuncia Tzara en el Manifiesto Dadá:

 

“Destruyo los cajones del cerebro y los de la organización social:  desmoralizar todo y echar mano desde el cielo al infierno, los ojos del infierno al cielo, restablecer la rueda fecunda de un circo universal en los poderes reales de la fantasía de cada individuo”.

 

Cirlot sostiene que el dadaísmo emplea el elemento destructor de las jerarquías intelectuales, porque su misión consiste en propagar la irracionalidad.  Su técnica es exquisitamente rudimentaria:  el automatismo y la virtud de la imagen en sí y para sí;  “el pensamiento puede y debe funcionar en la más completa de las indiferencias hacia todo sentido de rigor, de unidad, de coherencia o de ideario”.

 

MANIFIESTO DEL SEÑOR AA AL ANTIFILÓSOFO

 

“sin la búsqueda de yo te adoro

que es un boxeador francés

valores marítimos irregulares como

la depresión de Dadá en la sangre del

bicéfalo

resbalo entre la muerte y los fosfatos

indecisos que raspan un poco el cerebro

común de los poetas dadaístas

 

 

afortunadamente

pues

otro

mina

las tarifas y la vida cara me han decidido a

abandonar las D...”

 

Tristán Tzara

 

El dadaísmo abre el camino al surrealismo y en él termina:  Bretón convenció a Aragón, Eluard, Peret, que entran a participar en el movimiento surrealista.

 

Los principales representantes son:  Tristán Tzara, Ribement-Dessaignes, Francis Picabia, Philippe Soupault y Jean Cocteau.  En México, Alfonso Reyes.

 

El Dadaísmo es la tendencia más subversiva y exagerada de todos los movimientos vanguardistas y constituye la expresión más acabada de la desintegración del arte contemporáneo, pues el capricho arbitrario es el único factor de creación en esta escuela.

 

El lema del dadaísmo es “abajo el arte”.

 

Su programa estético podría ser la siguiente expresión de Rimbaud:  “He concluido por considerar sagrado el desorden de mi espíritu”.

 

En efecto, Tzara decía:  “Poned en un sombrero todas las palabras y sacad a la suerte:  he ahí el poema dadá”.

 

El dadaísmo ataca todos los valores tradicionales.  Se define a sí mismo como una antiliteratura y como una anti-filosofía.  Quiere establecer el desorden en la cultura.  Defiende lo absurdo, frente a lo lógico y evidente;  lo humorístico y burlesco, frente a lo serio.  Pretende destruir todas las formas del pensamiento humano.  Dijo André Gide: “Dadá es el diluvio, después del cual todo volverá a empezar”.

 

El movimiento dadaísta es un “puro subjetivismo”, afirma Tzara que si la ausencia de sitema es todavía un sistema, por lo menos es el más simpático.

Ý expone su programa en los siguientes términos:

 

“Abolición de la memoria:  DADA.

Abolición de la arqueología:  DADA.

Abolición de los profetas:  DADA.

Abolición del futuro:  DADA.

Libertad:  DADA, DADA, DADA.

 

Guirigay de los colores crispados, entrecruzamientos de los contrarios y de todas las contradicciones, de las cosas grotescas, de las inonsecuencias:  LA VIDA”.

 

En otro de sus manifiestos expresa:  “Vivan los enterradores!  Todo acto es un pistoletazo cerebral...  La mentira es éxtasis...”.