ANÁLISIS DEL POEMA V “CANTO A MI MISMO”, WALT WHITMAN

 

Trabajo realizado por la alumna Ana Escobar de 6to año de Medicina

 

El trascendentalismo fue un movimiento filosófico estadounidense de la primera mitad del siglo XIX, para el que existe una realidad más allá de los sentidos y la razón.  Emerson haciendo uso del fundamento trascendental en su ensayo “Naturaleza” nos dice que la verdadera independencia del individuo se consigue con la intuición y la observación directa de las leyes de la naturaleza.  Para esta concepción ser humano cuando se encuentra en contacto con la naturaleza, haciendo uso de la intuición y la observación, es capaz de entrar en contacto con la energía cósmica: la fuente creadora de vida, identificado como Dios  por los deístas y como “totalidad” por los panteístas.

 

La obra “Hojas de Hierba” fue escrita por Walt Whitman, poeta norteamericano del siglo XIX.

Whitman tituló su obra con este sugestivo nombre puesto que él amó a la gente sencilla;  y como la gente humilde, las hojas de hierba son lo más simple y sano entre las cosas vivientes.  El poemario “Canto a mi mismo”, incluido en la obra “Hojas de hierba”, es al contrario de lo que su nombre indica, una canción inspirada en toda la humanidad, de la que cada uno es parte.

Whitman establece una conexión directa entre el yo lírico y el lector para poder llegar a cada uno de nosotros.

El poder que posee el canto, y que tiene Whitman al escribirlo, recae en la capacidad del autor de disociar su propia persona en miles, casi como una esquizofrenia maravillosa que le permite ver el mundo desde ciertos puntos de vista y así comprenderlo mejor que nadie.

 

“Canto a mi mismo” es un título emblemático, ya que alude a un tema del texto, pertenece al género lírico, está escrito en versos libres.  El poeta de esta obra, Whitman, vivió en contacto con la naturaleza y eso influyó en sus obras.

Whitman,  en su canto, le canta al ser, no a si mismo en sí.  Fue muy criticado por sus artículos periodísticos y considerado un transgresor para su época.

 

Poema V

 

El poema comienza con una afirmación “creo en ti alma mía”, aquí podemos ver como el poeta personifica el alma dándole atributos, como si el alma fuera a contestar.  También podemos interpretar que al decir “alma mía” se está refiriendo a su amada y no a su propia alma, quedando esto a interpretación del lector.

Mediante un paralelismo sinonímico (versos que muestran igual estructura formal y a su vez el mismo contenido): “pero el otro que soy yo, no debe humillarse ante ti, ni tu debes humillarte ante él”, el poeta establece un plano de igualdad, trata de mostrar la naturaleza del ser humano, siendo esta uno de las características del trascendentalismo.  El nó separa a nadie por ninguna razón que no sea su propia naturaleza.

 

Seguidamente comienza la  segunda estrofa con un imperativo, dando una orden “deja las palabras, la música y el ritmo”, con esto e el yo lírico inevitablemente invita a todo aquel que lee el poema a dejarse llevar, dejando de lado todo aquello que nos distrae y no nos deja ir por el camino que él nos quiere llevar. 

“Deja las palabras”  y “apaga tus discursos”  establecen un paralelismo sinonímico, pues está expresando el mismo pensamiento.  El hecho de que en sus poemas aparezcan con frecuencia paralelismos se debe a que Whitman leía mucho la Biblia, en donde es muy característico el uso de paralelismos para afirmar lo que se dice y poder llegarle a todo el mundo.

Cuando dice “túmbate conmigo en la hierba”, el yo lírico le pide indirectamente a su amada que se olvide de la facultad de hablar y solo se deje llevar por la belleza de la naturaleza, sumergiéndose en ese mundo tan maravilloso, donde lo natural es lo esencial.  El vínculo que utiliza el poeta para dejarse ir y encontrarse a sí mismo, siempre es la naturaleza.  Aquí vemos nuevamente como Whitman está influenciado por el trascendentalismo, ya que para este movimiento la verdadera independencia del individuo se logra con la intuición y la observación de la naturaleza.

El poeta necesita el contacto con lo auténtico para poder inspirarse, y par él lo más puro y auténtico es “la naturaleza desenfrenada”.

Seguidamente mediante imágenes sensoriales auditivas como “arrullo”, “susurro”, el yo lírico comienza a crear un clima de pasión, y al decir “y las sugestiones de la voz” se refiere a una voz provocadora.

A continuación nos encontramos con una pregunta retórica, “¿te acuerdas de aquella mañana transparente de verano?” ya que está invitando a su amada a reflexionar, a recordar, aquí el yo lírico la está invitando a recordar momentos en donde estuvieron juntos.

 

En los versos siguientes se da una descripción de esos recuerdos, donde las imágenes visuales nos dejan entrevé un clima de pasión y amor.

Utilizando la metáfora “y me buscaste con la lengua el corazón profundo”, el poeta nos representa el más profundo de sus sentimientos, que va más allá de lo corporal.  Para Whitman el erotismo está unido con el amor, el sexo es una expresión del amor.

En el último verso de esta estrofa dice “y te adheriste a mí desde la cabeza hasta los pies”, está hablando de una fusión entre los enamorados, de los dos cuerpos formando uno solo, de la conexión del cuerpo con el alma, cuerpo y alma son la misma cosa.

 

En la tercer estrofa podemos ver como el poeta descubre a Dios a través del amor. 

Esa expresión del amor a través del cuerpo lo lleva a conocer a Dios, trascienden, van más allá.

Dios se expresa  en su  alma a través de su cuerpo.

Posteriormente vemos un paralelismo sintético, el cual dice “y ahora sé que la mano de Dios es la promesa de mi mano, que el espíritu de Dios es hermano de mi espíritu”, aquí vemos como el poeta se acerca a Dios, estableciendo un plano de igualdad entre él y Dios.  También podemos notar claramente el panteísmo, pues dice “que todos los hombres nacidos en el mundo son mis hermanos también” y “que todas las mujeres son mis hermanas y mis amigas”, el poeta pone a Dios, la mujer él mismo, “todos”, en un plano de igualdad y deja entrever que Dios se manifiesta en todo el cosmos, que Dios es todo y todos somos Dios.

A continuación a través de la expresión:  “infinitos son las hojas erguidas o marchitas del bosque”, el yo lírico nos trasmite que para él, desde lo más grande hasta lo más ínfimo, tiene suma importancia y refleja el amor.

De esta manera el poeta establece la igualdad en el universo, o sea la igualdad de todo lo creado por Dios.