Análisis del Canto I “La Divina Comedia” (Dante)
(Trabajo realizado por Natalia Loza, alumna de 2do año bachillerato, Liceo de Aiguá)
Análisis del Canto I de la Divina Comedia
La
Divina Comedia está organizada en tres partes, denominadas genéricamente
cánticas, cuyos respectivos títulos son: “Infierno”, “Purgatorio” y “Paraíso”.
Cada cántica está dividida en treinta y tres cantos. Al “Infierno” le agregó un
canto más que sirve de introducción a toda la obra.
El total de cantos es de cien.
Los cantos están compuestos en tercetos, estrofas de tres versos.
Dante atribuía una significación misteriosa a ciertas cifras. Su obra se apoya
sobre tres números esenciales: la unidad, el tres, símbolo de la Trinidad, y el
diez, número perfecto, obtenido por medio de los otros: tres por tres más uno.
Tres con las cánticas; cada una comprende treinta y tres por tres, más uno, da
cien, y es igual a diez por diez.
Las estrofas son tercetos y cada rima es repetida tres veces.
Al ser ésta la estructura formal de la Divina Comedia, podemos deducir
claramente que se trata de una obra perteneciente al género lírico; si se
quiere, para ser más precisos, podemos adjudicarle el género épico-lírico, pues,
se mezclan características del género lírico, y del género narrativo: como
vimos, se escribe en verso, tiene una rima y una métrica definidas, pero también
podemos ver que en realidad se está narrando algo, se narra un viaje que el
poeta imaginó cumplir a través de los tres reinos de ultratumba.
Nosotros no podemos percibir que la obra pertenece al género lírico, porque no
vemos su estructura original, nosotros vemos que está escrita en prosa esto se
debe pues, a que al traducirla al idioma español se perdió completamente su
estructura original, lo que ha sucedido es que es tan fabulosa y extraordinaria
la obra que Dante ha logrado concebir, que se ha hecho imposible hasta el
momento lograr una traducción de igual o similar calidad al español.
Además, podemos apreciar que el lenguaje utilizado en la Divina Comedia, está
cargado de una fuerte simbología, por lo cual debemos estar muy atentos a eso.
El primer canto da comienzo con una metáfora: “A mitad del camino de la vida”;
se refiere a la mitad de los años que vive una persona, si nos situamos en la
época, Dante se refiere a los treinta y cinco años de edad, está haciendo una
referencia temporal; seguidamente, nos brinda una referencia espacial: él a sus
treinta y cinco años de edad, se encontraba en una “selva oscura” esta idea, nos
atrae otras tantas ideas a la mente, podemos pensar en la palabra “oscura” como
referencia a una vida sin luz, sin amor, a la vida pecaminosa, a algo incierto,
peligroso, inseguro; pero lo único que podemos asegurar es que es en ésta selva
oscura en donde Dante inicia su viaje y al parecer el está horrorizado.
Afirma éste que se encuentra allí por haber extraviado su camino, podemos dar
vuelo a nuestra imaginación, y pensar que ese camino era el camino del bien y
que al extraviarlo lo que ha ocurrido es que se encuentra en el mal camino,
quizás debido a algún pecado cometido, si fuere así, puedo deducir que es
gracias al pecado es que Dante puede reflexionar, pensar detenidamente y de ese
modo dar rienda suelta a su mente permitiéndose este viaje pero, hasta el
momento son todas éstas, simples especulaciones de la autora de este análisis.
A continuación, vemos un signo de exclamación, una interjección que se utiliza
para resaltar una idea y para captar la atención. Lo que hace Dante es brindar
características de la selva en donde se encuentra: la selva es “salvaje”,
“áspera”, “fuerte”;
Dante afirma, que le provocó mucho más miedo estar en esa selva que la misma
muerte, es decir, le dio mucho más miedo el hecho de hallarse perdido, que
morir. Podemos pensar que el hecho de estar perdido, en el error, en el pecado,
provoca más miedo en Dante que la misma muerte por el hecho de que al ser un
pecador, no sólo no tendrá gano el cielo, sino que se asegurará el infierno.
No puede explicar Dante de qué forma es que se halla en esa selva, no sabe como
entró en confusión, se hunde en la confusión de tal manera que no sabe ni cómo
llegó a confundirse ni por qué.
Afirma que se encontraba dormido en el momento de abandonar a senda verdadera,
la senda del bien.
Puedo llegar a pensar, que lo que ha dicho Dante es en realidad una mera
justificación por sus actos pecaminosos; pues, es lógico que ante una mala
acción el ser humano intente justificarse de alguna manera, en este caso, el
estar “adormecido”, es la circunstancia por la cual se da la situación del
pecado, y el hombre no tiene poder para cambiar las circunstancias, porque estas
se dan de por sí solas. Al estar Dante limitado, y no tener todos sus sentidos
en perfecto estado, puede llegar a fundamentar de alguna manera sus actos
mientras se hallaba en esas condiciones, porque en fin, no es culpa de él, sino
de que él se encontraba adormecido.
Al llegar al pie de un monte Dante ve la luz del Sol, y la luz aquí representa
el bien, es el amor de Dios, Dios, estaría representado por el Sol. Dante
alcanza a ver el camino del bien gracias a los rayos del sol, pero lo ve solo
como espectador, porque él, ya no se encuentra allí.
Es gracias a que vio al camino del bien, que Dante logra calmar sus miedos un
poco, porque de cierta manera, aunque no se encuentre en ese camino, saber que
existe aún brinda cierta seguridad, porque de ser así significa que todavía hay
posibilidades de que pueda regresar y retomar su senda, pudiendo algún día
permanecer en el paraíso por el resto de la eternidad.
A continuación, describe Dante a la primera fiera que se le aparece. Es ésta una
pantera, podemos saber que la fiera al ser un felino, representa la sensualidad,
y el pecado que representa también esta pantera es la lujuria.
La pantera le cortaba el paso a Dante, es decir, el pecado no lo dejaba seguir
su camino, y es más, quizá lo haya hecho retroceder un poco. Podemos tomar como
válido que Dante pecó, y es por eso la aparición de la pantera, o podemos pensar
también que en realidad solo la pantera está tratando de tentar, persuadir a
Dante y llevarlo al pecado.
Al comenzar un nuevo día, con la presencia del sol ya no había nada que temer de
la fiera de la piel manchada, pues ya la lujuria no era peligro para que Dante
siguiera su camino.
Encontramos una metonimia, que es una figura literaria que consiste en designar
algo con otro nombre, en este caso lo encontramos en la expresión: “amor
divino”, pues se refiere a Dios, y lo hace de esa manera porque al estar Dante
por entrar en el infierno no puede nombrar a Dios.
Se encuentra este viajero con una segunda fiera, en este caso un León, el cual
es un animal violento, es el Rey de la selva, por lo cual podemos deducir que
esta fiera representa al pecado de la soberbia, la ira, el orgullo. Puedo
afirmarme en la idea del orgullo gracias a la siguiente expresión: “Me pareció
que contra mí venía, con la cabeza erguida y hambre de fiera, y hasta temerle
parecía el aire”. , pues, al estar la fiera con la cabeza erguida, denota su
orgullo; también en esta frase encontramos una personificación, porque el aire,
es algo inanimado, y por lo tanto de ninguna manera puede temer a algo o a
alguien, por lo cual decimos que una personificación es la atribución de
cualidades características de seres animados a seres que no lo son.
La siguiente fiera con la que se encuentra Dante es con una loba, la cual
representa el pecado de la codicia; para Aristóteles, el pecado es la
incontinencia.
Esta loba luce demacrada, pues la siguiente frase es mi fundamento: “que todo el
apetito parecía cargar en su flaqueza”, la loba está llena de deseos
insaciables, nada le satisface, le sirve, ni le alcanza; por lo cual es un
pecado muy egoísta: “tantos vivían miserablemente a causa del egoísmo y la
avaricia”
A continuación, se da una comparación, Dante está comparando a aquel hombre que
cuando es alegre se hace rico, y cuando se arruina, en todos los pensamientos
sufre y llora, con su situación; el miedo que la loba llegaba a provocar, hizo
que Dante perdiera la esperanza en la salvación, e incluso en algún momento éste
retrocediera de su camino. Si analizamos con claridad, quizá uno de los pecado
más difíciles de evadir sea la codicia, pues al ser el hombre, en su generalidad
un ser quizá de espíritu débil, se tienta y se ve seducido con mucha facilidad
ante el poder y la posibilidad o el simple deseo de tener más, de correr las
metas cada vez más, y de plantearse desafíos cada vez más lejanos.
La única fiera que hizo que Dante retrocediera, fue la loba, por ende podemos
sacar como conclusión que realmente la codicia es un pecado difícil de evitar
para el hombre, y que tal vez Dante se vea comprometido con éste, y por ser un
ser humano tampoco haya podido huir del pecado. Puedo fundamentar esta idea, en
la siguiente frase “me empujaba hacia allí donde el sol calla”. Pues, quiere
decir que la loba empujaba a Dante hacia el infierno, y de no ser porque Dante
realmente pecó, esta frase no tendría mucho sentido.
Dante nos comenta, que ha visto algo en “ese gran desierto” y entonces, a
continuación, Dante le grita a esa cosa que vio, pidiéndole que se apiade de él;
se refiere a esa cosa y le dice: “seas quien seas, sombra, a hombre vivo”, pues,
sabemos nosotros que de ninguna manera puede ser un hombre vivo quien se
encuentre allí además de Dante, porque fue él el único autorizado a realizar ese
viaje especial, y es imposible concebir que en el mundo de los muertos, se
encuentre alguien que no lo está.
Esa cosa a la que Dante se ha dirigido, le contesta, y primeramente le aclara su
situación, pues, como ya he anticipado, no es un hombre, aduce sí, haber sido un
hombre en el pasado.
Esta alma que Dante ha encontrado, se ubica primeramente geográficamente, luego
sí ubica el tiempo en el que ha vivido. Sabemos ya que esta alma vivió mucho
tiempo antes que Dante, pero podemos concebir que se hayan encontrado, ya que
ambos están en el mundo de los muertos, y allí el tiempo es eterno.
Lo que hace esta alma es darle pistas a Dante para saber si él lo puede
reconocer, lo puede ubicar y saber quien fue. Aduce ésta alma que ha vivido en
un tiempo de “falsos dioses mentirosos”, pues, debemos recordar que ha vivido
algunos siglos antes que Dante, y en aquella época, la sociedad romana era
politeísta, a diferencia de la época de Dante, que vivió luego de Jesucristo, y
por ende la sociedad era monoteísta.
Lo que podemos saber con esto, es que esta alma, conjuntamente con las de su
época, eran paganos, debido a ser politeístas y a que no eran bautizados, claro;
es por esa razón que ésta alma se debía encontrar en el Limbo.
Ésta alma pregunta a Dante motivo por el cual no sube al monte deleitoso, al
paraíso. Y luego, mediante una interjección que denota sorpresa, pregunta a esa
alma si es Virgilio. Debemos recordar, que Virgilio es para Dante su gran
maestro, su referente y su ídolo, es por quien a través de sus obras, se ve
influido, y se ha formado como poeta.
Es por esa razón, que Dante al reconocer a Virgilio aduce responder con frente
avergonzada, pues, se encuentra ante tal eminencia de la literatura romana, y en
tan desdichada situación.
Virgilio, como poeta, sí existió en la vida real y de hecho sí fue el gran
maestro de Dante; nosotros, a través de sus obras podemos saber que Virgilio era
una especie de vidente, y en su época predijo de alguna manera el nacimiento de
Cristo, pero aún así no se pudo salvar.
A través de este viaje Dante lo que hace es concientizar a los seres humanos
acerca de ese mundo al cual no podemos acceder durante nuestra vida, y sobre el
cual surgen siempre muchas interrogantes, e incertidumbres imposibles de ser
respondidas por el propio ser humano durante su período de vida.
Si se quiere, podemos pensar que en realidad esta obra más allá de su fin de
concientizar, tiene además un fin didáctico, que apunta a inculcar al lector su
situación como ser humano, y las consecuencias que puedan acarrear luego, sus
acciones durante la vida.